16.7.05

Capitalismo de EstadoBP-Amoco, coalición petrolera anglosajona

ARTHUR LEPIC *
BP-Amoco no es sólo una compañía petrolera, la tercera del mundo, es también la suministradora de energía del Reino Unido y los Estados Unidos, y el pilar de su integración económica. La firma, directamente articulada con los intereses de esos Estados, se apoya en las acciones secretas del MI6 y de la CIA para apoderarse de los yacimientos en Asia Central, África y América Latina. Su nombre se asocia al derrocamiento de los gobiernos democráticos de Mossadegh en Irán y de Elchibey en Azerbaiyán.
12 DE JULIO DE 2005DesdeParís (Francia)Herramientas Imprimir EnviarEste artículo en françaisPaíses Estados Unidos Reino UnidoTema Recursos energéticos: petróleo, gas...
Fundada a inicios del siglo XX sobre las bases del Imperio británico y puesta al servicio de la Royal Navy por Winston Churchill, BP, la compañía petrolera cuyo nombre por sí solo resuena todavía como un credo imperialista (British Petroleum, «petróleo británico»), continúa estrechamente ligada a los intereses de la Corona hasta 1976, fecha de su privatización.
Después de la compra de varias compañías, entre ellas, la norteamericana Amoco en 1998, ocupa el tercer lugar mundial y en lo sucesivo estará presente en más de 70 países. BP, en el centro de una de las actividades más codiciadas y destructivas del planeta, pero de una importancia económica y estratégica capital, se esmera en pulir su imagen.
Teniendo en cuenta su doble nacionalidad, la sigla BP ya no significa nada en la actualidad. Por eso, la compañía ha sido rebautizada «más allá del petróleo» (Beyond Petroleum) por su director general John Browne y ataviada con un sol verde y amarillo en lugar del escudo del logotipo.
Los orígenes
En 1901, un cierto William Knox d’Arcy, inglés con fortuna y retirado en Australia por un tiempo, conoce de los trabajos de un geógrafo francés que predecía el descubrimiento de yacimientos en Persia, y se lanza a la aventura fascinado por los avances realizados en esa esfera allende el Atlántico. Obtiene del Gran Visir de Teherán una concesión importante a cambio de 20,000 libras, la transferencia de 20,000 acciones de una libra así como el 16% del beneficio neto anual.
Después de tres años de prospecciones infructuosas, obtiene el respaldo financiero de la Burmah Oil, pionera de las compañías británicas que trabaja mucho para la Marina Real. Logra su primer éxito el 26 de mayo de 1908 cuando el petróleo brota a 15 metros del suelo en medio de una tórrida región de Persia. El destino y la ascendencia económica de esta asociación, que se convierte en la Anglo-Persian Oil Company (APOC) un año más tarde, serán decisivos para la evolución de Persia durante los decenios siguientes.
Ya bajo la protección militar del Imperio Británico, la AIOC desarrolla el primer oleoducto del Medio Oriente, que se extiende 200 kilómetros hasta la refinería y la terminal de Abadán, que será durante largo tiempo la instalación petrolera más importante del mundo.
La APOC invoca la amenaza del monopolio de la Shell, compañía «extranjera», para obtener los favores de un gobierno británico a primera vista reticente a aventurarse en une nueva empresa colonial.
Interesado en controlar al menos una parte de las fuentes de aprovisionamiento, Churchill, que es sin embargo un feroz opositor a las nacionalizaciones, hace que el Almirantazgo adquiera el 51% del capital de la APOC en 1914, confiriéndole una función esencial en el poder marítimo del Reino.
El gobierno impone que todos los administradores de la sociedad sean británicos y nombra al frente a un hombre de confianza, aunque relativamente incompetente, Charles Greenway.
La APOC, que asegura excelentes ingresos al Estado y combustible a bajo precio para la Royal Navy, se convirtió en un monstruo difícil de controlar en el interior, y en el exterior fue considerado por los países de acogida como un instrumento imperialista de Su Majestad. Si bien la explotación del petróleo de Persia por BP constituía una fuente inestimable de petróleo a bajo precio, la inmutable ley que hace de la diversidad la principal condición de la seguridad también podría, uno u otro día, obligar a la Corona a inmiscuirse en los asuntos internos de Irán.
La Primera Guerra Mundial consagró el reinado del petróleo. La industrialización y el advenimiento del automóvil engendraron un nuevo modo de vida basado en una energía barata. Por consiguiente, la importancia estratégica de las reservas del Medio Oriente adquirió envergadura.
El reparto del pastel a raíz de la guerra permite a la APOC explotar el petróleo iraquí mediante la Turkish Petroleum Company (TPC) de la cual detenta cerca de la mitad de las partes. Cede una parte a los Estados Unidos, que reclaman lo que se le debe por su contribución al esfuerzo de guerra, antes de obtener una renovación de las concesiones muy desventajosa para los iraquíes, quienes obtienen sólo modestas sumas por derecho de explotación, sin ninguna participación en la TPC que entre tanto se ha convertido en la Iraq Petroleum Company.
Ese gesto es el inicio de una desconfianza de los iraquíes respecto de los petroleros occidentales que perdura hasta nuestros días. En 1936, Persia se convierte en Irán y la APOC es rebautizada con el nombre de AIOC. La APOC, ocupada en explotar las importantes reservas de Irán e Irak, fracasa en tomar parte en el desarrollo de la industria petrolera de Arabia Saudita y de Bahrein, países vecinos que estarán esencialmente dentro de la esfera de las compañías norteamericanas y francesas.
La Segunda Guerra Mundial, en la que se produjo una breve incursión de los nazis en Irán, no merma el monopolio de BP una vez que estos son expulsados del territorio, ni su casi monopolio en Irak. La compañía sigue garantizando a sus accionistas sustanciales beneficios que lindan por lo general con el 30%. Los soviéticos, quienes a su vez se habían instalado allí, son rechazados.
Reza Sha, quien había tomado el poder en 1921, es obligado a exilarse por su indulgencia con los nazis. Por último, los británicos instalan en el trono a su joven hijo a quien consideran más manejable. La AIOC controla la principal fuente de ingresos nacionales y de forma progresiva se convierte en un «Estado dentro del Estado iraní», según las propias palabras del Sha [1].
Sus ingresos petroleros son superiores a los del Estado iraní y se elevan a 170 millones de libras sólo en el año 1950. La Corona se embolsa el 30% de los beneficios netos, sólo por concepto de impuestos, mientras que Irán sólo percibe entre 10 y 12%. Además, la AIOC ejerce un control de facto en las regiones donde se sitúan los yacimientos.
Un responsable británico, al observar las condiciones de vida miserables de algunos empleados iraníes de la AIOC, comenta: «Todos los iraníes viven así». La AIOC les considera como «simples guiri» [2]
El monopolio de la BP sobre la economía del país favorece el incremento del sentimiento nacional y la ascensión de un hombre político fuera de lo común, Mohammad Mossadegh, animado por un militantismo a toda prueba y un sentido agudo de la política.
Nacionalización y golpe de Estado en Irán
El Dr. Mossadegh, encargado en primer lugar de la cuestión de los hidrocarburos, se inspira en el movimiento de renegociación de los contratos en la región, sobre todo del acuerdo de Arabia Saudita con las compañías extranjeras que le atribuyen el 50% de los beneficios, para reclamar la nacionalización de los intereses de la AIOC en febrero de 1951.
El Primer Ministro, general Ali Razmara, se opone a ello y es muerto unos días más tarde después de una huelga de 6 semanas y la instauración de la ley marcial. Mossadegh es elegido Primer Ministro por el Parlamento. De inmediato nacionaliza los intereses petroleros de BP. Contrariamente a lo que afirma en aquella época la propaganda británica, Mossadegh es decididamente demócrata, popular, nacionalista y no comunista.
Presenta una oferta de indemnización a los británicos, que exigen una compensación por la totalidad de los ingresos de los cuales se verían privados en los próximos 40 años, lo que equivale a anular la nacionalización. Aunque no desean negociar con Mossadegh, consideran que «existen esperanzas de que un cambio lleve al poder a elementos más moderados» [3].
La solución de la intervención militar directa se descarta rápidamente, pues el Reino no puede desplegar en el país tropas en número suficiente. Entonces, a partir de ese momento, se prioriza el plan de intervención indirecta. Con la ayuda de los Estados Unidos, que establecen un boicot al petróleo iraní, el Reino Unido comienza a drenar la economía del país con el objetivo de crear las condiciones propicias para un golpe de Estado.
Al mismo tiempo, prepara acciones secretas y envía al lugar a su hombre, un universitario de Oxford, Sayyid Zia, con miras a instalarlo en el cargo de primer ministro durante un golpe de Estado perpetrado en nombre del Sha. Según la embajada británica en Teherán, «eso significaría un régimen autoritario». [4]. Ese «hombre fuerte» sería capaz de «solucionar el problema del petróleo en términos razonables»...

Mohammad Mossadegh
El gobierno iraní, informado del complot británico, cierra la embajada en marzo de 1952. El MI6, privado de su base operativa, pide entonces la ayuda de la CIA para derrocar a Mossadegh. Londres convence a Washington de que participe en la operación, no mencionando sus propios intereses petroleros, sino esgrimiendo el espectro imaginario de una entrada del Partido Comunista Tudeh en el gobierno. Tras el acuerdo formal de Churchill y de Kermit Roosevelt [5], director regional de la CIA a la sazón, el Sha recibe la orden de deponer a Mossadegh e instalar en su lugar al general nazi, Fazlollah Zahedi, en el cargo de primer ministro [6].
La BBC se encarga de dar la señal de «la operación Ajax», al iniciar su programa diario en persa, no con la frase habitual «Es ahora medianoche en Londres», sino «Es ahora exactamente medianoche en Londres». A costa de enormes gastos, los servicios occidentales reclutan 6,000 figurantes para marchar al Palacio de Gobierno y dar una apariencia popular a la asonada. [7]
Trescientos muertos más tarde, el golpe triunfa y se restablece el orden; se firma un acuerdo para repartir la producción entre el Reino Unido y los Estados Unidos, 40% para cada parte [8].

Con el apoyo del MI6 y de la CIA, el general nazi Zahedi (a la derecha) instala el régimen más represivo de su época mientras que Reza Sha (a la izquierda), emperador de opereta, anuncia el cambio a la opinión pública occidental.
El resultado es un período de dictadura sangrienta ejercida por un emperador de opereta, el Sha, que provocó 10,000 víctimas. En 1975, Amnesty International señalaba que Irán tenía «la tasa más elevada de ejecuciones capitales, ningún sistema judicial civil válido y una práctica de la tortura que escapaba al entendimiento.
Ningún país del mundo tiene un expediente tan voluminoso sobre violaciones de los derechos humanos», además de un terror constante ejercido sobre la población. En los Estados Unidos, Henry Kissinger califica al Sha de «líder de un temple poco frecuente, un aliado incondicional» [9].
Su policía secreta, el SAVAK, fue creada por los Estados Unidos en 1957 y más tarde formada por el Mossad y la CIA, sobre todo en las técnicas de tortura [10].
El director del MI6, Maurice Oldfield, mantenía excelentes relaciones con el Sha y le había prometido que los servicios de Su Majestad no realizarían ninguna actividad de espionaje en Irán mientras que él estuviera en el poder [11].
El fastuoso tren de vida del Sha y de su séquito, así como el saqueo de las riquezas del país por el Reino Unido y los Estados Unidos incrementaron dramáticamente las desigualdades sociales en Irán y provocaron la Revolución Islámica de 1979 y la expulsión definitiva del país de la AIOC, ya en ese tiempo convertida en BP.
La explotación del petróleo del Mar del Norte, que debutó a fines de los años 70, permite a BP atenuar la pérdida de los mercados del Medio Oriente y las ofensivas de la OPEP. A inicios de los años 80, emplea incluso 20 mil millones de dólares para absorber a su principal competidor en esa región, Britoil, así como a la compañía norteamericana Sohio.
Apoyo al Apartheid
Sus actividades se extienden hasta Sudáfrica, donde fue severamente criticada por haber realizado sus negocios hasta el final con el régimen del apartheid [12] pese al embargo internacional que gravitaba sobre el país. El BP suministraba los productos petroleros al ejército sudafricano. La compañía explotaba en asociación con la Shell [13] La refinería de Durban, tristemente célebre por los daños que causó al medio ambiente.
También evitará el embargo de las Naciones Unidas que pesaba sobre Rhodesia (hoy Zimbabwe), al suministrar petróleo transportado secretamente por Sudáfrica y Mozambique al gobierno racista blanco hasta la independencia del país, en 1980. En 1990, la rama norteamericana de BP interrumpe su financiación del acontecimiento anual, la cena de Fondos de la Libertad de la Asociación Nacional de Cleveland para la Promoción de las Personas de Color, cuando sus responsables conocen que el tema de la recogida de fondos es Sudáfrica y que estará conducida por un grupo de presión antiapartheid.
Un gran contaminador que se engalana de verde
La compañía extrae una parte significativa de sus ingresos de las actividades petroquímicas y de refinería. Un estudio de 1991 del Citizen Action de Washington, basado en los análisis de la agencia para la protección del medio ambiente, colocaba a BP entre los 10 principales grandes contaminadores en los Estados Unidos. Sólo las instalaciones habían liberado más de 30,000 toneladas de contaminantes en 1987, o sea, aproximadamente 4,000 toneladas distribuidas en la atmósfera, 25,000 toneladas en el suelo y más de 200 toneladas en el río Ottawa.
La mayor parte de esas materias se consideran cancerígenas, como el benceno, el cromo y el acrilonitrilo, y algunas otras pueden ocasionar mutaciones genéticas y deformaciones al nacer, según el Departamento de Estudios sobre la Salud de Ohio.
En 1992, Greenpeace International colocaba a BP a la cabeza de los contaminadores de Escocia. Según la Agencia, el petróleo, los compuestos orgánicos clorados tóxicos así como los metales pesados eran vertidos por una fábrica BP en los estuarios y en el litoral escocés.
Estos dos ejemplos no son sino una pequeña muestra de la larga lista de los daños causados al medio ambiente, imputables a BP. Sin embargo, desde hace algunos años, la firma se ufana de haber adoptado una estrategia respetuosa con respecto al medio ambiente, al invertir sobre todo en la energía solar. Pero, ¿qué sucede en realidad?
En 1999, BP se compromete a reducir sus propias emisiones de gases de efecto invernadero en un 10% para el año 2010. A todas luces, es el efecto del anuncio lo que se busca: ¡sus propias emisiones son ridículamente bajas con relación a las generadas por los hidrocarburos que vende!. El 7 de marzo de 1999, compra Solarex por 45 millones de dólares, convirtiéndose así en la mayor sociedad de energía solar del mundo, antes de anunciar la instalación de paneles solares en 200 estaciones de servicio (sic) a través del mundo, creando de esta forma un mercado para sus propios productos.

Gasolinera con energía solar
Una semana antes de la compra de Solarex, BP también había comprado la compañía petrolera ARCO, esta vez por 26 mil 500 millones de dólares. Corporate Watch señala que BP gastó 588 veces más por la compra de ARCO que por Solarex, y que la combustión de los hidrocarburos vendidos por BP Amoco y ARCO generaba aproximadamente el 2% de la totalidad de los gases de efecto invernadero emitidos en el planeta [14].
Exacciones y golpes de Estado por doquier
Para proteger sus instalaciones petroleras en Colombia, BP recurre a la sociedad Defense Systems Limited (DSL), que entrena a miembros de la policía nacional colombiana no sólo en protección de oleoductos contra los actos de sabotaje de las FARC, sino también, de forma más general, en las técnicas de contrainsurgencia que incluyen la manipulación de armas de precisión y el combate cuerpo a cuerpo [15]. Esas fuerzas policiacas son objeto de numerosas acusaciones de secuestro, tortura y asesinatos de opositores a las actividades de BP en la región, como lo testifica un informe de Amnesty International en 1997: «Estos últimos años, miembros de las comunidades locales implicados en protestas legítimas contra las actividades de las compañías petroleras, entre ellas BP, han sido con frecuencia calificados de subversivos y por consiguiente han sido víctimas de violaciones de los derechos humanos por las fuerzas de seguridad y sus aliados paramilitares» [16].
Hasta hoy, esas medidas de protección apenas han solucionado la guerra civil que causa estragos en Colombia; por el contrario, han atizado los odios internos en el país, pero las exportaciones de crudo, que financian las operaciones contra la insurrección, van a todo tren.

Tony Blair, contrato en mano, recibe el presidente Aliyev
Tras el derrumbe de la URSS, BP intenta recuperar la explotación de los yacimientos de Bakú, pero rápidamente la compañía tropieza con el extremadamente popular presidente azerí, Aboulfaz Elchibey, el cual se esfuerza por liberar a su país tanto de la presión rusa como de los apetitos occidentales.
En colaboración con la firma norteamericana Amoco, con la cual ha formado un consorcio, BP, entonces dirigida por el laborista Lord Simon of Highbury, financia un golpe de Estado que lleva al poder a Heydar Aliev, un ex responsable de la KGB que ha conservado la brutalidad de la policía secreta aunque haya pasado al capitalismo más desenfrenado [17]. BP ha reconocido haber pagado 360 millones de dólares a los golpistas, pero niega haberles suministrado armas directamente. La operación causó 40 muertos, pero garantizó al consorcio un fabuloso contrato de 8 mil millones de dólares.

Gale Norton, secretaria del Interior (Medio Ambiente), representa los intereses de BP Amoco en el gobierno de Bush.
BP Amoco es en la actualidad el pilar de la integración económica entre el Reino Unido y los Estados Unidos. La firma puede contar, como en tiempos del Sha, con la acción conjunta del MI6 y de la CIA para promover sus intereses.
Por su parte, aporta una parte considerable de la energía necesaria para las economías de los dos países. La multinacional está representada en el seno del gabinete Bush por Gale Norton, ex-secretaria del Interior, es decir, del Medio Ambiente. La señora Norton, que desempeña un papel vital en las negociaciones petroleras con los talibanes, ha hecho carrera como lobista contra el medio ambiente a favor de la industria petrolera y del automóvil.
Recientemente se ha hecho mención a que BP Amoco ha recurrido a acciones militares en Chetchenia y Bolivia.

http://www.redvoltaire.net/article6386.html#article6386